Hoy no estoy para cuentos

viernes, 12 de septiembre de 2008

Hay días que te despiertas echo una mierda y no sabes porqué.
Moralmente hablando ves las cosas grises, el vecino te inspira desconfíanza, la panadera te da una increíble pena al pensar como desperdicia su vida, los niños jugando en el parque se convierten en mera carne de fabrica e incluso cuando miras a las niñas pasar solo ves madres de tetas caídas que envejeceran en menos de cinco años. Lo de ver a los abuelos ni os lo cuento.
Son días de mierda.
Y lo achacas al cambio de alimentación, al stress, a una relectura de Celine, al alcohol, al trabajo, a la melancolía de los cojones. Pero desgraciadamente ya son muchos días de melancolía.
Hace ya unos meses que vivo entre una mala hostia y una desazón permanente por el mundo. Ahora un ratico de mala hostia, ahora un ratico de desazón.
Hace también unos meses que me he tenido que obligar a hacer cosas que me resultaban extrañas tener que obligarme a hacer. Ducharse todos los días, reírse todos los días, hacer tres comidas diarias todos los días, dormir ocho horas, intentar hablar con la gente.
Cualquier psicólogo de revista diría que por lo que os cuento sufro una depresión. Pero me niego a pensarlo, mi vida es bastante mejor que la de cualquiera vosotros y estoy en un momento que socialmente hablando "no tendría derecho de quejarme"
Pero lo hago, !qué cojones! y ese es el problema, y me siento mal cuando lo hago, y me siento mal cuando pido ayuda, y me siento mal cuando no lo hago, me siento mal en general... !hostias!.
Creo que me voy a fumar un cigarrillo y me voy a dormir, a esperar que llegue mañana o no.

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