Manifiesto Comunista - Marx / Engels

jueves, 19 de noviembre de 2009



"Para vosotros, desde el momento en que el trabajo no pueda convertirse ya en capital, en dinero, en renta, en un poder social monopolizable; desde el momento en que la propiedad personal no pueda ya trocarse en propiedad burguesa, la persona no existe.

Con eso confesáis que para vosotros no hay más persona que el burgués, el capitalista. Pues bien, la personalidad así concebida es la que nosotros aspiramos a destruir.

El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno.

Se arguye que, abolida la propiedad privada, cesará toda actividad y reinará la indolencia universal.

Si esto fuese verdad, ya hace mucho tiempo que se habría estrellado contra el escollo de la holganza una sociedad como la burguesa, en que los que trabajan no adquieren y los que adquieren, no trabajan. Vuestra objeción viene a reducirse, en fin de cuentas, a una verdad que no necesita de demostración, y es que, al desaparecer el capital, desaparecerá también el trabajo asalariado.

Las objeciones formuladas contra el régimen comunista de apropiación y producción material, se hacen extensivas a la producción y apropiación de los productos espirituales. Y así como el destruir la propiedad de clases equivale, para el burgués, a destruir la producción, el destruir la cultura de clase es para él sinónimo de destruir la cultura en general.

Esa cultura cuya pérdida tanto deplora, es la que convierte en una máquina a la inmensa mayoría de la sociedad.

Al discutir con nosotros y criticar la abolición de la propiedad burguesa partiendo de vuestras ideas burguesas de libertad, cultura, derecho, etc., no os dais cuenta de que esas mismas ideas son otros tantos productos del régimen burgués de propiedad y de producción, del mismo modo que vuestro derecho no es más que la voluntad de vuestra clase elevada a ley: una voluntad que tiene su contenido y encarnación en las condiciones materiales de vida de vuestra clase.

Compartís con todas las clases dominantes que han existido y perecieron la idea interesada de que vuestro régimen de producción y de propiedad, obra de condiciones históricas que desaparecen en el transcurso de la producción, descansa sobre leyes naturales eternas y sobre los dictados de la razón. Os explicáis que haya perecido la propiedad antigua, os explicáis que pereciera la propiedad feudal; lo que no os podéis explicar es que perezca la propiedad burguesa, vuestra propiedad.

¡Abolición de la familia! Al hablar de estas intenciones satánicas de los comunistas, hasta los más radicales gritan escándalo.

Pero veamos: ¿en qué se funda la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado. Sólo la burguesía tiene una familia, en el pleno sentido de la palabra; y esta familia encuentra su complemento en la carencia forzosa de relaciones familiares de los proletarios y en la pública prostitución.

Es natural que ese tipo de familia burguesa desaparezca al desaparecer su complemento, y que una y otra dejen de existir al dejar de existir el capital, que le sirve de base.

¿Nos reprocháis acaso que aspiremos a abolir la explotación de los hijos por sus padres? Sí, es cierto, a eso aspiramos.

Pero es, decís, que pretendemos destruir la intimidad de la familia, suplantando la educación doméstica por la social.

¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las condiciones sociales en que se desarrolla, por la intromisión más o menos directa en ella de la sociedad a través de la escuela, etc.? No son precisamente los comunistas los que inventan esa intromisión de la sociedad en la educación; lo que ellos hacen es modificar el carácter que hoy tiene y sustraer la educación a la influencia de la clase dominante.

Esos tópicos burgueses de la familia y la educación, de la intimidad de las relaciones entre padres e hijos, son tanto más grotescos y descarados cuanto más la gran industria va desgarrando los lazos familiares de los proletarios y convirtiendo a los hijos en simples mercancías y meros instrumentos de trabajo.

¡Pero es que vosotros, los comunistas, nos grita a coro la burguesía entera, pretendéis colectivizar a las mujeres!

El burgués, que no ve en su mujer más que un simple instrumento de producción, al oírnos proclamar la necesidad de que los instrumentos de producción sean explotados colectivamente, no puede por menos de pensar que el régimen colectivo se hará extensivo igualmente a la mujer.

No advierte que de lo que se trata es precisamente de acabar con la situación de la mujer como mero instrumento de producción.

Nada más ridículo, por otra parte, que esos alardes de indignación, henchida de alta moral de nuestros burgueses, al hablar de la tan cacareada colectivización de las mujeres por el comunismo. No; los comunistas no tienen que molestarse en implantar lo que ha existido siempre o casi siempre en la sociedad.

Nuestros burgueses, no bastándoles, por lo visto, con tener a su disposición a las mujeres y a los hijos de sus proletarios -¡y no hablemos de la prostitución oficial!-, sienten una grandísima fruición en seducirse unos a otros sus mujeres.

En realidad, el matrimonio burgués es ya la comunidad de las esposas. A lo sumo, podría reprocharse a los comunistas el pretender sustituir este hipócrita y recatado régimen colectivo de hoy por una colectivización oficial, franca y abierta, de la mujer. Por lo demás, fácil es comprender que, al abolirse el régimen actual de producción, desaparecerá con él el sistema de comunidad de la mujer que engendra, y que se refugia en la prostitución, en la oficial y en la encubierta.

A los comunistas se nos reprocha también que queramos abolir la patria, la nacionalidad.

Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del Poder político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía.

Ya el propio desarrollo de la burguesía, el librecambio, el mercado mundial, la uniformidad reinante en la producción industrial, con las condiciones de vida que engendra, se encargan de borrar más y más las diferencias y antagonismos nacionales.

El triunfo del proletariado acabará de hacerlos desaparecer. La acción conjunta de los proletarios, a lo menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación. En la medida y a la par que vaya desapareciendo la explotación de unos individuos por otros, desaparecerá también la explotación de unas naciones por otras.

Con el antagonismo de las clases en el seno de cada nación, se borrará la hostilidad de las naciones entre sí.

No queremos entrar a analizar las acusaciones que se hacen contra el comunismo desde el punto de vista religioso-filosófico e ideológico en general.

No hace falta ser un lince para ver que, al cambiar las condiciones de vida, las relaciones sociales, la existencia social del hombre, cambian también sus ideas, sus opiniones y sus conceptos, su conciencia, en una palabra.

La historia de las ideas es una prueba palmaria de cómo cambia y se transforma la producción espiritual con la material. Las ideas imperantes en una época han sido siempre las ideas propias de la clase imperante .

Se habla de ideas que revolucionan a toda una sociedad; con ello, no se hace más que dar expresión a un hecho, y es que en el seno de la sociedad antigua han germinado ya los elementos para la nueva, y a la par que se esfuman o derrumban las antiguas condiciones de vida, se derrumban y esfuman las ideas antiguas.

Cuando el mundo antiguo estaba a punto de desaparecer, las religiones antiguas fueron vencidas y suplantadas por el cristianismo. En el siglo XVIII, cuando las ideas cristianas sucumbían ante el racionalismo, la sociedad feudal pugnaba desesperadamente, haciendo un último esfuerzo, con la burguesía, entonces revolucionaria. Las ideas de libertad de conciencia y de libertad religiosa no hicieron más que proclamar el triunfo de la libre concurrencia en el mundo ideológico.

Se nos dirá que las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas, etc., aunque sufran alteraciones a lo largo de la historia, llevan siempre un fondo de perennidad, y que por debajo de esos cambios siempre ha habido una religión, una moral, una filosofía, una política, un derecho.

Además, se seguirá arguyendo, existen verdades eternas, como la libertad, la justicia, etc., comunes a todas las sociedades y a todas las etapas de progreso de la sociedad. Pues bien, el comunismo -continúa el argumento- viene a destruir estas verdades eternas, la moral, la religión, y no a sustituirlas por otras nuevas; viene a interrumpir violentamente todo el desarrollo histórico anterior.

Veamos a qué queda reducida esta acusación.

Hasta hoy, toda la historia de la sociedad ha sido una constante sucesión de antagonismos de clases, que revisten diversas modalidades, según las épocas.

Mas, cualquiera que sea la forma que en cada caso adopte, la explotación de una parte de la sociedad por la otra es un hecho común a todas las épocas del pasado. Nada tiene, pues, de extraño que la conciencia social de todas las épocas se atenga, a despecho de toda la variedad y de todas las divergencias, a ciertas formas comunes, formas de conciencia hasta que el antagonismo de clases que las informa no desaparezca radicalmente.

La revolución comunista viene a romper de la manera más radical con el régimen tradicional de la propiedad; nada tiene, pues, de extraño que se vea obligada a romper, en su desarrollo, de la manera también más radical, con las ideas tradicionales.

Pero no queremos detenernos por más tiempo en los reproches de la burguesía contra el comunismo.

Ya dejamos dicho que el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder, la conquista de la democracia .

El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas.

Claro está que, al principio, esto sólo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la propiedad y el régimen burgués de producción, por medio de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor y de las que no puede prescindiese como medio para transformar todo el régimen de producción vigente.

Estas medidas no podrán ser las mismas, naturalmente, en todos los países.

Para los más progresivos mencionaremos unas cuantas, susceptibles, sin duda, de ser aplicadas con carácter más o menos general, según los casos:

1.a Expropiación de la propiedad inmueble y aplicación de la renta del suelo a los gastos públicos.

2.a Fuerte impuesto progresivo.

3.a Abolición del derecho de herencia.

4.a Confiscación de la fortuna de los emigrados y rebeldes.

5.a Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio.

6.a Nacionalización de los transportes.

7.a Multiplicación de las fábricas nacionales y de los medios de producción, roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo.

8.a Proclamación del deber general de trabajar; creación de ejércitos industriales, principalmente en el campo.

9.a Articulación de las explotaciones agrícolas e industriales; tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad.

10.a Educación pública y gratuita de todos los niños. Prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo su forma actual. Régimen combinado de la educación con la producción material, etc..."

Diferencia entre pobres y ricos - Aristóteles

martes, 3 de noviembre de 2009

"Por otra parte, los que tienen en exceso bienes de fortuna, fuerza, riqueza, amigos y otros semejantes ni quieren ni saben obedecer (y esto les ocurre ya en el seno de la familia, siendo niños; a causa del lujo ni siquiera en la escuela tienen la costumbre de obedecer); en cambio los que tienen una necesidad excesiva de estas cosas son demasiado serviles. De modo que los unos no saben mandar, sino obedecer a una autoridad propia de esclavos, y los otros no saben obedecer a ninguna autoridad, sino ejercer el mando con una autoridad despótica. Por consiguiente, se forma una ciudad de esclavos y amos, y no de hombres de libres, donde unos envidian y otros desprecian, lo cual dista muchísimo de la amistad y de la comunidad política, pues la comunidad implica amistad y los hombres no quieren compartir con los enemigos ni siquiera el camino".


Espartaco

miércoles, 15 de julio de 2009

Vuelve y diles lo que has visto aquí.

Diles que ellos enviaron contra nosotros sus cohortes y que nosotros las hemos destruido. Diles que somos esclavos, lo que ellos llmana el instrumentum vocale. La herramienta con voz.

Cuéntales lo que nuestras voces dicen.

Decimos que el mundo está harto de ellos, harto de vuetro corrompido Senado y de vuestra corrompida Roma.
El mundo está harto de la riqueza y el esplendor que vostros habéis succionado de nuestra carne y de nuestros huesos. El mundo está harto de la canción del látigo. Esa es la única canción que conocen los romanos.

Pero nosotros no queremos oír más esa canción.

Al principio, todos los hombres eran iguales y vivían en paz y compartían lo que tenían. Pero ahora hay dos clases de hombres : los amos y los esclavos. Pero hay más de los nuestros que de los vuestros, muchos más. Y somos más fuertes que vosotros, mejores que vostros.

Todo lo que es bueno en el género humano nos pertenece.

Cuidamos a nuestras mujeres y ellas permanecen a nuestro lado y nosotros combatimos junto a ellas, pero vostros convertís en prostitutas a vuestras mujeres, y a las nuestras en ganado. Nosotros lloramos cuando nos son arrebatados nuestros hijos y los ocultamos entre las ovejas con el fin de poder tenerlos un poco más con nosotros; pero vosotros criáis a vuestros hijos como si fueran ganado. Vosotros tenéis hijos con nuestras mujeres y los vendéis al mejor postor en el mercado de esclavos. Vosotros convertís a los hombres en perros y los enviáis al circo a que se depedacen para vuestro placer, y vuestras nobles damas romanas presencian cómo se matan entre ellos mientras acarician perros en la falda y los alimentan con deliciosas golosinas.

!Qué detestable pandilla sois vosotros y qué infecta mugre habéis hecho de la vida! Os habéis burlado de los sueños acariciados por el hombre, del trabajo de la mano del hombre y del sudor de la frente del hombre.

Vuestros propios ciudadanos viven ociosos y se pasan los días en el circo y la arena. Habéis desvirtuado la vida del hombre, despojándola de todo su valor. Vosotros matáis por matar, y vuestra más fina distracción es ver correr sangre. Vosotros ponéis a trabajar en las minas a pequeñas criaturas y las hacéis trabajar hasta morir. Y habéis edificado vuestra grandeza robándole al mundo entero. Bueno eso ha terminado. Dile al Senado que todo eso ha terminado.

Esta es la voz de la herramienta.

Dile a tu Senado que envíe sus ejercitos contra nosotros y que los destruiremos como hemos destruido este, y que nos armaremos con las mismas armas que vosotros envieis contra nosotros. El mundo entero oirá la voz de la herramienta; y a los esclavos del mundo les gritaremos "!Levantaos y romped vuestras cadenas!". Avanzaremos por Italia y allí donde vayamos los esclavos se nos unirán, y entonces llegará el día en que marcharemos sobre la ciudad eterna. Y entonces ya no será eterna.

Dile eso a tu Senado.

Diles que lo haremos saber cuando vayamos. Y entonces derribaremos las murallas de Roma. E iremos al edificio donde se reúne vuestro Senado y los sacaremos de sus altos y poderosos sitiales y los despojaremos de sus ropajes, de manera que queden desnudos y sean juzgados en las mismas condiciones que siempre se nos juzgó a nosotros. Pero los juzgaremos imparcialmente y les daremos una completa medida de la justicia. Cada crimen que hayan cometido les será incriminado y tendrán que rendir cuenta de todo. Diles eso, de modo que tengan tiempo de prepararse y de examinarse a sí mismos. Se les llamará a prestar declaración y nosotros tenemos recuerdos muy antiguos. Entonces, cuando se haya hecho justicia, construiremos ciudades mejores, limpias, ciudades sin muros donde la humanidad pueda vivir unida, en paz y felizmente. Ese es todo nuestro mensaje para tu Senado. Transmíteselo.
Diles que proviene de un esclavo llamado Espartaco.

Así fue como lo contó el soldado, o en forma parecida. Hacia tanto tiempo pensó Graco, y así fue como lo oyó el Senado, con los rostros como piedra.
Pero fue hace mucho tiempo. Fue hace muchísimo tiempo y casi todo ya ha sido olvidado, y las palabras de Espartaco que no fueron escritas, no existen en parte alguna salvo en el recuerdo de unos pocos hombres.
Esas palabras fueron tachadas aun de los archivos del Senado.
Y estuvo bien hecho !claro que sí! Tan bien hecho como fue el destruir los monumentos que los esclavos habían levantado y que fueron reducidos a polvo.

Howard Fast "Espartaco"

El banco

jueves, 26 de marzo de 2009

Me contaba mi padre una historia que ayer me vino a la cabeza:
Cuando hice la mili, en mi cuartel a diferencia del resto, en vez de haber cuatro milikos de guardia, había cinco.
Cuatro se apostaban haciendo el turno en su garita correspondiente y el quinto lo hacía al lado de un banco.
Ese banco, un banco de madera ordinario y normal como el que hay en todos los parques, no ocultaba nada peculiar. Estaba en la parte de atrás del cuartel, junto al campo de fútbol y en una esquina ciega que cuando vigilabas te obligaba a mirar hacía un olmo que no tenía, tampoco, nada de particular.
Los quintos nos desgranábamos la cabeza intentando averiguar porque hacíamos guardia toda la noche en ese banco. Banco en el que, por cierto, no podíamos sentarnos. No tenía ningún sentido estratégico y por allí nunca pasaba nadie por la noche.
Estuvimos así todo la mili hasta que, casi al final, llego un teniente nuevo que también se extraño de que tuviera que destinar allí a un miliko a guardar ese banco.
El teniente, al parecer, indago e indago buscando el informe donde se daba la orden para hacer guardia en ese banco. Sin encontrarlo debió bajar al archivo y siguió buscando hasta que halló la orden.
Ochenta años antes, el capitán al cargo, había ordenado hacer guardia en ese banco porque estaba recién pintado.
A continuación siempre exclamaba:
!Qué gilipollas son los militares!
La de guardias que me chupe en aquel banco.

Carta de un preso en Zuera

miércoles, 25 de marzo de 2009


Mi nombre es Manuel Pinteño Sánchez, nací en Elda (Alicante), tengo cuarenta y ocho años, seis hijos y siete nietas, una madre, tres hermanas... en definitiva una familia, que está, pero que no ejerce como tal, llevo prisionero veintiocho años y medio cuando ninguna de mis condenas supera los seis años de pena, por ese motivo quiero que se sepa la verdad de porque estoy condenado a cadena perpetua, el porque la ley y los mandatarios de este país han desvirtuado mi expediente para justificar mi cadena perpetua.

Aparte de los motines y las fugas durante todos estos años y de mi lucha contra el sistema penitenciario, hay otros motivos, que hasta ahora por falta de medios no he podido denunciar.
En el año 1988-89, no recuerdo la fecha con exactitud, me trasladaron de la cárcel del Puerto de Santa Maria a la de Alicante para celebrar un juicio, me tenían recluido en primer grado, FIES 1 (durante veintidós años me han mantenido en aislamiento para que no hablase), pero me llevaron sin avisar al módulo cuatro, en el que se encontraba el prisionero político Domingo Traibiño, el cual estaba cumpliendo por el atentado que hubo en el Hipercor de Barcelona. A los pocos días de estar allí me llevaron a la zona donde los abogados ven a sus clientes, vienen a
verme cuatro individuos bien trajeados, y me proponen que haga un motín de donde salga muerto Traibiño, pero sin que ningún funcionario resulte herido. A cambio de ello yo recibiré mejoras penitenciarias y pronto la libertad.

Me quede muy sorprendido, ya que no sabía si hablaban en serio o me estaban intentado meter en un lío más. Mi temperamento fuerte no pudo resistir más y les dije que se identificaran o que se largasen, pero no con muy buenas palabras. También me amenazaron diciéndome que de
aquella visita ni una palabra a nadie, ya que si me iba de la boca, mi familia podría sufrir algún contratiempo. Entonces si que empecé a sentir un frío terrible y un desconcierto que me dejó paralizado, y durante un tiempo no podía tranquilizarme. Después del juicio me volvieron a trasladar al Puerto de Santa María, y me llevaron al módulo dos donde se encontraba el prisionero político Henri Paró, alias el Unay.

Después de siete u ocho meses de estar allí, soy conducido otra vez al locutorio de los abogados, y aparecen de nuevo dos individuos que me visitaron en Alicante y otros dos a los que no había visto nunca y me proponen lo mismo que en Alicante pero esta vez con la vida de Henri
Paró el Unay. Les dije que yo no era ni un traidor ni un asesino, me alteré y les insulté, y uno me ellos, el mismo que la otra vez llevaba la voz cantante me dijo: has perdido una gran oportunidad de salir pronto de la cárcel, te voy a causar un desarraigo brutal con tu familia y te vas a pudrir aquí adentro,y ya veis que lo ha cumplido.

Al tiempo, cuando se supo lo del GAL averigüé quienes eran esos tipos.
Ellos se encargaban de matar por fuera, y buscaban gente en las cárceles dispuestas a asesinar a quienes les molestaban. También se lo propusieron a otros presos como a Francisco Javier Navas y Luis alias "el Conde", y a otros que no doy sus nombres por que no me han autorizado.

Ahora me dicen que después de veintiocho años y medio dentro, termino mi condena en el 2026. Cuando llegué a este centro de Zuera hace dos años, en el expediente ponía que mi condena extinguía en el 2016, pero entre la dirección del centro y la jueza de vigilancia penitenciaria
llamada María José Thomas, no se que han hecho que me han aumentado por la cara diez años por dos autos, el primero del juzgado de Zaragoza y el segundo de Alicante donde dice que a petición del centro solicitan una refundición de condena y hacen un trapicheo subiéndome
la condena diez años más.

A lo largo de todos estos años, los carceleros han intentado asesinarme tres veces, primero en el penal de Ocaña donde ya me habían puesto la soga al cuello y me salvé gracias a que vino un jefe de servicios y les dijo que me soltasen. La segunda en Valladolid, donde me dieron comida envenenada. Por suerte me di cuenta a tiempo y pude vomitar lo que había comido y la tercera en Jaén, donde casi lo logran. Me pusieron algún veneno en la comida otra vez y me reventó el
estómago, estuve cinco días en el hospital bastante grave, afortunadamente me salvé, pero los causantes de todo ello como es normal en estos sitios no sufrieron ningún castigo.

Es cierto que hace años por circunstancias de la vida cometí varios robos, pero nunca asesine ni viole a nadie, y lo que hice fue por necesidad, pero estos no son para nada los verdaderos motivos por los que yo estoy condenado a cadena perpetua, sino lo que os acabo de relatar.

La prepotencia y el fascismo ejercen en estos centros, desde el director hasta el que trae los recados incluidos médicos y demás personal. Aquí dejan morir a la gente sin prestarle ningún auxilio. En esta cárcel en concreto ya van 23 muertos desde su inauguración que es hace bien poco, bien por suicido, sobredosis o negligencias médicas.
El último hace unos días, de madrugada su compañero de celda estuvo llamando a los carceleros diciéndoles que necesitaba un médico, pero su única contestación fue que si no se callaban los llevaban a aislamiento. Por la mañana el preso enfermo apareció muerto en la celda. Yo a eso lo llamo asesinato, pero por desgracia esos asesinos siempre quedan en la más completa impunidad, ya que siempre dicen que ha fallecido de sobredosis o lo que estimen a criterio propio. La
verdad siempre queda oculta y habría mucho que contar, pero la credibilidad la tienen ellos y nuestra palabra no vale nada a la hora de denunciar.

Quiero darle la máxima difusión a este comunicado y pido la ayuda posible para salir de este agujero porque ya no puedo resistir más.

Salud y gracias por todo.

* Manuel Pinteño Sánchez (Cárcel de Zuera).

Ahora

Ahora que ya no me enfado por la mañana.
Ahora que ya no me peleo con mi jefe.
Ahora que ya no le escupo al televisor.
Ahora que ya no interrumpo a la gente cuando habla.
Ahora que ya no discuto con mi pareja.
Ahora que ya no me gritan los vecinos.
Ahora que ya no me niegan crédito en los bancos.
Ahora que ya no hablan mal de mi las abuelas.
Ahora que ya no parezco un pordiosero.
Ahora que ya no voy andando a los sitios.
Ahora que ya no duermo en los parques.
Ahora que ya no soy un antisocial.
Ahora
Ahora que ya no tienen sentido los días .

Las paredes hablan

Poesía de David Gonzaléz. Buena lírica y verdades como puños.

¿Qué somos?

martes, 24 de marzo de 2009

be tinto!!

viernes, 23 de enero de 2009

Mi dios

martes, 20 de enero de 2009

No comprendo a mi dios
Mi dios es un patán
Es el niño tonto de la clase
Es aquél al que todos le robábamos el bocata.

Mi dios es el niño impertinente
Que siempre se chivaba

Mi dios es el adolescente
Que siempre se quejaba

Mi dios es un inepto
No ha montado nunca una bicicleta en verano
No ha probado las natillas de mi madre
No ha tirado petardos en la calle

Jamás ha besado a una musa en una discoteca
Ni ha dormido agarrado a unos brazos suaves

Ni sabe lo que son los tangas de hilo
Ni a lo que sabe la coca en su ombligo

Mi dios no conoce
Ni de labios húmedos,
Ni del deseo en la mirada
Ni de jodidos cabreos
Ni de pezones de nata

¿Como puedo creer en un dios que habla de todo
y que tan poco sabe de nada?